miércoles, 30 de enero de 2019

VOLVIENDO POR LA ANTIGUA N-III. Primera parte. Villargordo-Contreras-Minglanilla.




UN VIDEO DE ROUTE 1963

Tratando de abrirme camino en el complejo mundo de los motovlogs —de momento sin el menor éxito—, el pasado 23 de enero de 2019, aprovechando un nuevo viaje de regreso desde la costa mediterránea hasta Madrid, decidí encender la cámara de video y volver a grabar la antigua N-III entre Villargordo del Cabriel y Honrubia. En esta ocasión cambia la filosofía, la perspectiva y la intención del video en comparación con otros muchos videos anteriores que he grabado en esta carretera a lo largo de los últimos diez años. Dotado de mejores medios y utilizando técnicas más modernas (cámara en el casco con micrófono incorporado, principalmente), el objetivo ha sido grabar el recorrido completo con comentarios en vivo y sin apenas pausas, entre las dos localidades citadas. El resultado es casi una hora de video que dividiré en tres capítulos de menor duración: el primero de ellos dedicado al tramo entre Villargordo del Cabriel y Minglanilla, el segundo al tramo entre Minglanilla y Motilla del Palancar, y el tercero y último entre Motilla del Palancar y Honrubia. Cada uno de estos capítulos los enlazaré en el blog como entradas fechadas respectivamente en enero, febrero y marzo de 2019, a pesar de que todos ellos, en principio, serán subidos al blog en el mes de marzo.

Se trata, en cualquier caso, de videos sencillos, casi experimentales y sin excesiva edición ni pretensiones técnicas —aunque grabados en HD—, en los que intento ofrecer una nueva visión subjetiva y espontánea de la antigua N-III desde el asiento de la moto en una jornada invernal de fuerte y violento viento en esta y en otras carreteras españolas.


lunes, 31 de diciembre de 2018

LA CARRETERA MADRID-VALENCIA EN LOS VUELOS AMERICANOS (1945-1946 y 1956-1957). 2ª parte: Arganda del Rey-Fuentidueña de Tajo



Retomamos la serie de artículos que comenzamos con la primera entrega en abril de 2016 (enlace superior), en la que recorremos la N-III de manera lineal a través de las antiguas ortofotografías obtenidas en los denominados «vuelos americanos». Dichos vuelos militares de reconocimiento fueron realizados por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en los años 40 y 50, y permitieron posteriormente la creación de la primera cartografía aérea y completa de España, que constituye hoy en día una interesante herramienta para observar la evolución de nuestras carreteras y de nuestro territorio.

En aquella primera entrega realizamos una introducción donde explicamos el origen de estos vuelos y comenzamos el viaje desde Vallecas hasta llegar a Arganda del Rey (Madrid).

Como en la primera parte, todas las ortofotos han sido obtenidas de la Fototeca del CNIG. Salvo indicación contraria, para cada lugar mostrado, siempre se pondrá en primer lugar la imagen correspondiente al vuelo de la serie A (ortofotos de 1945-46), y después la del vuelo de la serie B (ortofotos de 1956-57).

Retomando el viaje a través de la N-III, tras abandonar Arganda del Rey, pero sin salir de su término municipal, el primer punto interesante con el que nos topamos se ubica alrededor del pk 30. Es un pequeño tramo que consiste en dos horquillas cerradas por las que discurría la nacional, y que ya en los primeros años 40 fueron sustituidas por una variante que permitió un paso más cómodo y seguro.



Representación de las dos horquillas del pk 30 en el mapa topográfico del IGN a escala 1:50 000 de 1929, hoja 0583. Fuente: Centro de descargas del CNIG

Después de unos kilómetros alcanzamos Perales de Tajuña (Madrid) (pk 38), tras descender por las célebres cuestas del mismo nombre. En las siguientes imágenes se observa que ya se evita el paso por la localidad a través de una variante, realizada seguramente a la par que la variante de las horquillas anterior, también sobre los primeros años 40.

sábado, 29 de septiembre de 2018

LA RECUPERACIÓN DEL CAMINO DE VALENCIA EN ALARCÓN Y CONTRERAS COMO CARRETERA HISTÓRICA


Tramo abandonado de la antigua N-III en el entorno en el embalse de Alarcón (Cuenca). Noviembre de 2017.


No son pocos los deseos que tenemos desde este humilde blog de que los decimonónicos y evocadores tramos de la N-III en Alarcón y Contreras, de los cuales ya hemos hablado extensamente por aquí, tengan el reconocimiento de carretera histórica y se valoren tanto la carretera en sí como todos los elementos históricos que la componen. Aunque sabemos que es harto improbable que en este país, donde apenas se aboga por preservar el patrimonio carretero nacional, vayan a hacer una excepción para estos tramos. En todo caso, si algún día se preocuparan de ellos, no sería para otra cosa que para despojarlos de toda su historia y esencia, retirando y destruyendo el patrimonio que durante décadas (y siglos) ha logrado sobrevivir alrededor de la carretera.

No obstante, y a pesar de todo, no somos los únicos que pensamos como se describe en las primeras líneas de este artículo, por suerte. En el I Congreso Internacional de Carreteras, Cultura y Territorio, celebrado en marzo de 2010 y organizado por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Galicia, se propuso, hace unos años, en una de las ponencias, precisamente la recuperación y conservación de los tramos de Alarcón y Contreras. En ella se propone su conversión en ruta histórica y el estudio y valorización de todos los elementos carreteros que aún hoy forman parte de estos tramos, y que por sí solos hablan de la historia de las carreteras en España, de las diferentes metodologías de construcción y de las tecnologías existentes en cada época, y de otros tantos aspectos que a nosotros, profanos en los detalles más técnicos de la compleja ingeniería de caminos, se nos escapan.

Tramo de la antigua N-III en el entorno en el embalse de Alarcón (Cuenca), cerca de Valverde de Júcar. Hoy forma parte de la carretera local CM-2151. Noviembre de 2017.

Tramo de la antigua N-III en la zona del puerto de Contreras (término de Villargordo del Cabriel, Valencia). Septiembre de 2011.

Este trabajo fue desarrollado por Rita Ruiz Fernández y Francisco Javier Rodríguez Lázaro, ambos profesores en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Castilla-La Mancha. El título completo de dicho trabajo es El camino de Valencia en Alarcón y Contreras (1845-1998). Análisis de viabilidad para su recuperación como carretera histórica.

Adjuntamos a continuación el enlace a este trabajo. Que algún día lo descrito en él pueda llevarse a cabo.



viernes, 31 de agosto de 2018

RECREACIONES DE SEÑALES DE LA N-III (II). Orden 8.1-IC de 1962





Seguimos mostrando recreaciones de señales de la N-III. En esta ocasión, nos centraremos en la señalización según la Orden 8.1-IC de 1962, en la que se redujo el tamaño de las señales, ahora con fondo blanco y letras negras, con los cajetines de identificación de carretera externos y situados encima de las señales. También se cambió el tipo de letra, introduciendo dos nuevos: uno general para indicaciones de poblaciones, y otro de estilo más «gótico» para indicar sitios de interés, lugares pintorescos, orientaciones urbanas, etc.

Algunos ejemplos de señalización reflejados en la Orden 8.1-IC de 1962. En este documento, anteriormente enlazado, se puede ver el catálogo completo de señales.

De este modelo de señalización aún sobreviven algunos ejemplares, sobre todo las que se corresponden con las entradas y salidas de las poblaciones, aunque alguna de este modelo ha desaparecido en los últimos años.

Estas son nuestras recreaciones:

Señales flecha que habrían estado ubicadas donde hoy se encuentra el cruce de las A-3 y M-832 (antiguas N-III y local M-302, respectivamente). Término de Arganda del Rey (Madrid).

Señal de confirmación a la salida de Arganda el Rey (Madrid), en sentido Valencia. Existió hasta hace unos pocos años, cuando fue sustituida. Aún es visible en imágenes antiguas de Street View. Ver en imagen de agosto 2008

miércoles, 25 de julio de 2018

RECREACIONES DE SEÑALES DE LA N-III (I). Instrucción de Carreteras de 1939




La señalización en las carreteras es algo en constante evolución, siempre adaptándose a las diferentes épocas, necesidades, materiales disponibles, avance tecnológico, etc. En España han existido diversos modelos y normas de señalización de carreteras (de las que aún se conservan ejemplares, a pesar de la antigüedad de algunas de ellas) y existirán otros tantos en el futuro, y que quizá difieran tanto del actual (aprobado en 2015) que ni siquiera podamos realizar una asociación entre dichos modelos y los tipos y estilos que en ellos se describan.

Sin embargo, las señales antiguas que aún quedan en pie, en muchos casos herrumbrosas y con las indicaciones poco legibles, pueden producir una sensación de nostalgia a aquellos que se paran a observarlas, y encontrar una belleza en ellas difícil de describir e incluso de entender para aquellos que no profesan una afición o gusto por las carreteras y su historia.

En este blog somos del grupo que sí aprecia la historia de las carreteras en España, y por ello siempre tratamos de mostrar y difundir todos los aspectos relacionados que nos sea posible. En el caso de las señales de tráfico, solemos publicar en nuestra página de Facebook imágenes de todas estas señales que aún perviven en las carreteras de España, en mejor o peor estado de conservación. No obstante, ¿qué pasa con aquellas que ya dejaron de existir hace años, incluso décadas? ¿Qué ocurre con esas normas de señalización tan antiguas que ya sobre el terreno queda un número muy reducido de ejemplares y difíciles de encontrar?

Para «solucionar» este problema, de un tiempo a esta parte hemos venido creando y publicando RECREACIONES DE SEÑALES en nuestra página de Facebook. Esto es, hemos tratado de imaginar cómo era una determinada señal (de orientación, normalmente) y la hemos dibujado mediante un programa de edición de imágenes (GIMP en nuestro caso) tratando de que se parezca lo más posible a la hipotética original, atendiendo a las normas especificadas en la norma de señalización que se tomara como modelo. En el caso de señales existentes, la pretensión era copiarla de la manera más exacta posible a la forma original que tuviera (podrían haberle cambiado algún texto, símbolo, etc.) o al estado que presentara en el momento de recrearla.

A modo de ejemplo: antiguas señales que aún existen en la AB-204 (antigua local AB-880), en el término de Jorquera (Albacete), y su recreación.

La N-III es la carretera de la cual hemos reproducido más señales (antiguas o modernas, existentes hoy o no) y de todas las normas de señalización desde la Instrucción de Carreteras de 1939 hasta las más actuales, pasando por todas sus variantes. Por ello, esta serie de artículos la vamos a dedicar a recopilar todas esas recreaciones, además de introducir otras tantas nuevas, y así podremos apreciar la evolución de la señalización en la nacional (y por ende, en toda España) y el aspecto que podrían haber tenido, o tienen, estas señales. Para cada señal, ofreceremos una descripción que indique qué señalizaba y dónde se encontraba.

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En esta primera parte, nos ocuparemos de la Instrucción de Carreteras de 1939, de la que solo hemos encontrado un ejemplar en toda la carretera por el momento, y que actualmente no existe; fue retirado hará unos pocos años. Estas señales se caracterizaban por ser grandes, de fondo azul y letras blancas, fabricadas en metal normalmente (existieron algunas de madera), y en las que siempre figuraba el cajetín identificativo de la carretera por la que se circulaba (a excepción de la de entrada a población), así como el color identificativo de la misma (rojo, verde o amarillo) en los postes que la sustentaban. Este modelo de señalización estuvo vigente hasta 1962, momento en que se crea la Orden 8.1-IC de señalización vertical.

sábado, 30 de junio de 2018

OTROS VIAJEROS POR LA ANTIGUA N-III: MIQUEL SILVESTRE, aventurero profesional (I)*









UN REPORTAJE DE ROUTE 1963


El kilómetro 300 de la nacional tres. Cuando yo tenía veinte años y hacía este viaje para visitar a mi novia, que ella estudiaba en Valencia, pues tenía una Yamaha XT 350, y esa moto no andaba muy rápido, cien, ciento diez, y por las largas rectas de La Mancha me pasaban todos los coches, y justo aquí, en esta carreterilla de curvas era en donde yo les ganaba a ellos, era el momento de gloria de mi vieja Yamaha. La verdad es que soy un hombre muy sentimental, muy emotivo, y siempre me ha gustado volver a los sitios en donde he sido feliz, aunque dicen que no se tiene que hacer, pero a mí me gusta.


(Miquel Silvestre. Documental autobiográfico Nómada, la búsqueda del propio destino). (Minutos 12:17 a 13:22).


Un hotel abandonado, el hotel Claridge, un auténtico monumento brutalista al abandono que ha supuesto la autovía y el que los viajeros dejen de utilizar la antigua N-III. En las hoces del Cabriel, algunos "cadáveres" de restaurantes, abandonados también por los clientes, que ya han dejado de pasar por ahí, pero sin embargo hemos visto los nuevos huéspedes, animales salvajes que prácticamente han tomado la carretera, porque están saltando los riscos, libres y felices. Desde ahí a Requena, en donde paraba siempre con mis padres cuando hacía este viaje, y siempre en el mismo lugar a comer un bocadillo. Me lo he comido otra vez, y ha sido el bocadillo de la nostalgia.


José Antonio Miquel Silvestre (Dénia, 1968), más conocido como Miquel Silvestre —ingeniosamente ha transformado su primer apellido en su nombre de pila—, es sin discusión posible uno de los personajes españoles de mayor actualidad en nuestros días, el hombre de moda, fundamentalmente gracias a su protagonismo absoluto en la serie documental de RTVE, Diario de un Nómada, en la que recorre el mundo en diversas rutas escrupulosamente planificadas a bordo de una motocicleta Bmw R-1200-GS, y va mostrando a los espectadores en cada uno de los distintos capítulos de media hora de duración todos aquellos misterios, secretos, curiosidades y anécdotas de mil y un lugares de este planeta que la mayoría de los mortales jamás llegaremos a pisar en nuestras vidas. Que jamás llegaríamos a pisar, me atrevo a decir, ni aunque viviésemos cien vidas. Y no es solo que la mayoría de los mortales no tenemos el tiempo libre ni los medios necesarios para ello, sino que también carecemos de la capacidad de sacrificio, el espíritu de aventura, el valor y la osadía permanentes de que hace gala nuestro protagonista, convertido necesariamente en un aventurero profesional.